jueves, 19 de julio de 2012

Mentira

No eres ni bueno ni malo, eres, como decía el chiste, mentira. Eres mentira desde que naciste, eres humo, no eres nada. Te has ido creando, te han ido creando, una bonita envoltura, la llevas tan incrustada que hasta tú piensas que es tu piel. Pero no. Yo, que te he visto de cerca, sé la verdad. Eres una mentira, desde que te levantas hasta que te acuestas. Con tu falsa sonrisa, con tu fingida contención. No llevas la contraria a nadie, tú eres conciliador, eres comprensivo, eres majo. Eres una manzana rojita, preciosa, brillante, apetecible, lustrosa.... y no, no voy a decir que esa manzana esconda un gusano, para eso debería ser real. Y resulta que es de atrezzo. Eres como esos carteles antiguos de cine, que se dibujaban para ser vistos de lejos, pero que de cerca eran deformes y grotescos. Eres como la música de ascensor. 
Yo, que disto mucho de ser perfecta, de ser buena, de ser feliz, tengo al menos la ventaja de ser real. Soy lo que soy, sin fingir que soy otra cosa ni temer que me vean y no gustarle a alguien. Si algo no me gusta lo expreso, si alguien no me gusta lo ignoro, si noto que no le gusto a alguien me es indiferente. 
Por ti sólo siento una inmensa compasión, debe de ser extremadamente agotador vivir así, en la mentira constante. 
La verdad es raramente pura y nunca simple, como decía Oscar Wilde. Yo añado que la verdad es incómoda, maleducada y fea. Pero es la verdad y la verdad (al menos así lo creo yo) es al final lo único que tenemos.