lunes, 2 de noviembre de 2009

Jo qué noche...



No, no voy a hablar de esa genial película, película de culto que me hace sentir tan vieja. Con el título digo lo mínimo que puedo decir de la maravillosa noche de Hallowen que pasó la que suscribe. Ríase usted del miedo, amigo mío.
Fui invitada a una fiesta en casa de alguien a quien no conocía personalmente, aunque habíamos intercambiado correos y bloguísticos comentarios de diversa índole.
Como me dijo que podía llevar a quien quisiera, allá que me fui, con más miedo que vergüenza y acompañada de la hija de la luuuunaaaa, vestidas como putones desorejados (aunque oficialmente íbamos de ángel y demonio, que conste).
No negaré que por el camino me asaltaron ciertas dudas, incluso llegué a pensar que cuando llegásemos a la casa podíamos encontrarnos cualquier cosa, desde unos encapuchados dispuestos a sodomizarnos a una reunión de los testigos de jehová, elija usted lo que más le acojone...
La persona en cuestión me sorprendió, me esperaba a alguien con más mala leche, pero era dulce y juguetona. Se le notaba la felicidad, esa felicidad tranquila que no se puede esconder.
En la fiesta constaté que los de mi generación somos los más mejores, las personas más simpáticas e interesantes de la velada eran mis coetáneos.
Pero no voy a hablar de la parte positiva, porque si lo hiciera no sería yo, ni escribiría un blog y porque la parte positiva es un coñazo, vamos a ser sinceros...
Durante la noche perdí la cuenta de las veces que me pregunté a mí misma si a los veintipocos (es decir, hace un par de años) sería yo una persona tan insoportable como los jovenzuelos que por allí pululaban, con un par de honrosas excepciones, eso sí.
Había uno en concreto que cada vez que hablaba subía el pan. Pero como es de bien nacido ser agradecido, yo le agradezco infinitamente todas las veces que me hizo descojonarme en mi interior. Tontunas he oído muchas, se lo puedo asegurar, pero aquella noche me las vi con auténticos profesionales. Estos post-adolescentes nihilistas que ya lo han vivido y lo saben todo me hacen llegar siempre a la misma conclusión: qué malo es el perico, joder, sobre todo para los que luego les tenemos que aguantar la zarpa a los enzarpídem (mola el palabro, ¿eh?)
Como dijo alguien en la fiesta, con gran genialidad "Joder, esto parece Twin Peaks", a lo que un manco con más luces de bohemia que don Ramón María le apuntilló "Sí, pero en la tercera temporada".
Claro que aprendí grandes cosas, como por ejemplo que debo tirarme a una lesbiana (pero no bisexual, lesbiana) por lo menos una vez en mi vida. Además, asistí al recital que nos dio un impúber que llegó acompañado de un hombre pegado a un porro y una niña pequeña.
Vino, creó y se fue.
Y yo acabé la noche con los leggins de ELLA, sentada en su cama y agustísimo.
Si uno que yo me sé nos hubiera visto por un agujerito...



15 comentarios:

Clovis dijo...

El anticlímax sacromonte despejó más que animó a los rezagados del salón. Francamente, aquello parecía un campo de refugiados a los que intentaban animar unos cooperantes Manuchao likely.
Desisto de hacer la crónica porque sería mordaz con unos participantes cuyo principal hándicap fue no haber sido concebidos en los tiempos corajudos del claudillo. Y sí, qué mala es la mandanga.
Fue un placer enorme conocerla, Cojoiden, de esos de aplástate ahí.

Violeta dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJA.

Si me pego a los de tu generación por algo será, chata, que una no es tonti. Pero de todos modos no sería yo si no recordase que subidores de pan hay en todas partes, desafortunadamente, y en todos los ciclos de edad. Bien es cierto que la droja ayuda poco y por eso yo me limité a echarme whisky tras whisky y cigarro tras cigarro con tu estimada hija de la luna. Dejad a los niños jugar.

Espero encontrarme entre esas escasas y honrosas opciones del hastío que se mencionan. Como anfitriona me siento obligada a esperar que se hable de mí y me alegro de haber sido mentada. No monté un altarito a Escrivá de Balaguer por otra cosa que no fuera esa.

Este post será polémico. La próxima fiesta en petit comité.

cojoiden dijo...

dios mío, me flagelo esta misma noche y me aprieto el cilicio tres agujeros...
Pero no te creas que por lo que he dicho (si supieras tú cuánto me he cortado...) sino por lo que he dejado de decir, y es que me he olvidado de mencionar a la más guapa de la fiesta, la más mona, la más amorosa... quiero volver a ver a madaleniiiiiiii!

Violeta dijo...

Mi bella hijita, plástico de mi carne. Todo el mundo con un poco de sensibilidad que ha entrado por esa puerta (la de mi casa) no ha podido marcharse sin darle un poco de cariño. Madaleni, mi Madaleni.

Anónimo dijo...

No estuvo mal la fiesta aunque nadie se desnudara ni tampoco hubiera una miserable felación en público como se acostumbra ahora, ni una pelea de chonis a lo chungo, nadie grito "¡Te voy a rajar!", y solo bailaron las jóvenas.
Los caramelos Drácula bien.
La discreccion y tolerancia de los vecinos bien.
El reservado en la alcoba de la anfitriona mejor.

Anónimo dijo...

La BSO de la FIESTA esta aqui:

http://www.myspace.com/ggquintanilla
La cancion:
"Donde todo el mundo sabe tu nombre"
El estribillo:
Me siento un viejo en un mundO de pequeños...

Con manifiesto antifarla incluido.

Escuchenlo con amor.

cojoiden dijo...

bueno millana, yo casi me desnudé, de hecho enseñé varias veces el "truco o trato" hay incluso documento gráfico de ello

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=j1vb4cND3G0

Juan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
cojoiden dijo...

juan, lo de las angelitas y diablesas lésbicas estará en tu imaginación, que conste

Juan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Melamachaka dijo...

Mi tropa y yo montamos fiestas mucho mejores, jugamos al poker y los mutilados al 7 y medio. Mientras, las chicas buscan algún oficial novato que llore por llevar un mes fuera de casa.

Hemos puesto bombillas de colores y una tabla sobre dos bidones que hace de barra y que no permite incar el codo al estilo retro mientras se "vigila" a las chicas cuando bailan.

Tomamos cerveza española, no cubatas pijoteros ni calimocho de barrio, y no nos interesa la música que ponemos porque sólo escuchamos lo que nuestra mente dice cada día: ¡mama cabrón!.

Melamachaka+ dijo...

Un oficial novato, filólogo de nacimiento, me acaba de decir que se escribe "hincar". Acaba de regresar de ver a su puñetera madre y su jodido perro pekinés.