miércoles, 11 de junio de 2008

Soy maaaaloooo

Aunque las corrientes modernas abogan por que no hay nadie completamente bueno ni completamente malo, y que todos podemos ser lo uno o lo otro dependiendo de las circunstancias, lo cierto y verdad es que, desde pequeños, hemos sido educados en la creencia de que unos eran "los buenos" y otros "los malos". Luego está lo que cada uno considere como bueno o malo, que esa es otra...
Cuando Prognato era Prognatito, aparte de ser rico para comérselo (pero claro, qué va a decir su hermana mayor...) tenía el mundo muy bien estructurado. Era Prognato un niño como para escribir dos novelas con sus anécdotas, pero voy a ceñirme a los hechos o no hablaré de lo que nos ocupa. Él sabía muy bien que en la Guerra de las Galaxias, por ejemplo, Luke y Leia eran los buenos y Darth Wader el malo. Siempre que se contaba una historia en la cual se pudiese intuir una confrontación hacía, invariablemente, la gran pregunta: "¿Y quiénes ganaron los güenos o los malos?". Un día estaba mi abuela contando tribulaciones de la Guerra Civil y Prognato, cuando comprendió que se hablaba de una contienda, dijo: "Abuelita ¿estás hablando de una película?", "No hijo" contestó la abuela "fue de verdad, en España" y entonces Prognato hizo su pregunta estrella: "¿Y quiénes ganaron los güenos o los malos?", a lo que mi abuela (que no en vano era de mi familia) respondió: "Los malos, hijo, los malos". Nunca olvidaré los ojos desorbitados del pobre niño cuando oyó aquello. Ese día fue la muerte del cándido infante que una vez asó a Darth Vader en la máquina de hacer palomitas por malo; ese día, supongo, comprendió que algunas de las cosas que nos contaron no son ciertas, sin ir más lejos, eso de que al final siempre triunfa el bien.
Yo creo en la maldad, igual que creo en la bondad. La maldad, el mal por el mal, sin otro objetivo que hacer daño. Eso existe. Yo lo he visto, lo he sentido, lo he comprobado. Aunque también está el malo arquetípico, el malo de la ficción, el malo que nos gusta, porque mola más que el bueno, que, la verdad sea dicha, da así como grima.
Hay malos que quedarán para siempre en nuestro recuerdo: J.R, Ángela Chaning, Diana la de V (ay, madre, que se me notan los años), malos malísimos que nos admiraban por cómo le jodían la vida a la gente, con esa eficacia, con ese glamour, y que, si se llevaban un palo, sabían renacer de sus cenizas cual ave Fénix.
Hay malos que no son tales, sino rebeldes porque el mundo los hizo así, y con un poquito de amor toman el buen camino. Ahí tenemos, para muestra, a Dylan, el de Sensación de vivir.
Hay malos que empiezan siendo buenos y un buen día dan la cara, de estos hay a patadas en las películas de los sábados sobremesa: el marido encantador que luego es maltratador, la niñera pederasta, la compañera de piso psicópata...
Pero entre todos mi preferido, mi malo idolatrado, es y siempre será Cojoiden (quien quiera puede corregirme argumentando que se dice Coohagen), el malo de "Desafío total", película mítica entre las míticas, que tiene material para estar en un orgasmo bloguistíco sin fin. Cojoiden es el malo que putea a Swarzenegger (quien quiera puede decir que no se escribe así), y que luego resulta que era su amigo antes de que perdiera la memoria y en realidad está conchabado (oh, qué hermosa palabra) con su yo anterior.
Y si alguien no está de acuerdo conmigo que mire, que mire: más cara de hijoputa no se puede tener. Y que conste que lo digo como piropo...

Cojoiden, siempre tuya

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, me ha enternecido hasta las entrañas este nuevo capítulo de "las aventuras y desventuras del Sr. Prognato". Esta no me la sabía fíjese usted, bueno sólo el punto trágico del palomitero y Darth Vader contado por su señora madre.
Siga usted escribiendo Sra.Cojoiden que siempre me alegran mucho el día sus reflexiones de prosa afilada a la par que fluída.
Siga usted escribiendo con continuidad y alevosía como acostumbra y sus muchos fans le seguiremos estando agradecidos.
Un abrazo de una blogfan ácerrima.

cojoiden dijo...

oooooh, qué gustirrinín solazarse en la lisonja, por más que no sepamos de quién proviene...

Mela Machaka dijo...

Si el mal quisiera hacer, podría ahora, rico por millones ser. Pero no quiero.

Si el mal quisiera hacer, mil mujeres tendría a mis pies y sus hijos sin mi querer. Pero no quiero.

Si el mal quisiera hacer, tendría amigos de amigos que me iban a querer. Pero no quiero.

Si el mal quisiera hacer, dejaría de ser tan pobre, tan decente, tan solitario... tan bueno. Pero no quiero.

Anónimo dijo...

Vaya, me siento muy halagado tanto por las menciones como por el enlace -que pingües beneficios me reporta- pero sobre todo quiero utilizar este comentario para advertir a Cojoiden -el autor del post, no el malo maloso- de que no se olvide de Tomas Calabro.

Anónimo dijo...

Señor Prognato, no me olvidé de Tomas Calabro, como para olvidarle...
Lo que pasa es que si metía en el mismo post a Dylan McKey y a Tomas Calabro se me iba a ver demasiado el plumero de serieadicta, y hay que mantener cierto prestigio bloguero intelectualoide barato, ya sabe usted...
Por cierto, para los que no lo sepan, Tomas Calabro es el célebre Michael Manzzini de Melrose Place, un menda que empieza la serie siendo el marido y médico perfecto para ir degenerando en putero, alcohólico y maquiavélico manipulador (vamos, como para escribirle un post a él solito)

Anónimo dijo...

Fantástico post. ¡Qué visión tan cojonudafóbica! o ¡cojonudamaníaca!.

El subconsciente se revela, omnipresente en toda tu obra.

Felices sueños.

Cartas que nunca escribí dijo...

"Hay rasgos de bondad en el malvado y rasgos de maldad en el bondadoso" dice una frase famosa de yo no recuerdo quien y que me perdone "quien". Es maravilloso el irse "descubriendo", "encontrándose" , para nutrirnos de lo que sentimos, pensamos, nos emociona o para decirlo en tus términos" nos acojona".
Gracias por la visita a Cartas que nunca escribí y a ti también reitero, seguiré visitándote.

Saludo,
Esmeralda

Maria dijo...

¡como me molan los malos! Y las malas malismas tambien me ponen y me dan una envidia pecaminosísima porque siempre tienen una maldad escandalosa en la punta de la lengua, lista para ser disparada cuando convenga. No sé, me huelo que debo ser una malota frustrada. Para todo hay que valer.

Sargento de instruccion Hartman dijo...

Leer Darth Wader ha hecho que mis testiculos se retuerzan, aunque viniendo de una mujer palotizadora como ud, se lo puedo o mejor dicho, se lo debo permitir.

Pero claro está que hay cosas con la que no se debe jugar y esos errores hacen llorar al niño Jesús, es como tocarse la cuca, un pecado mortal.

No señorita Cojoiden no se forte los ojos, he vuelto... aunque pensandolo mejor, ud puede fortarse lo que quiera, siempre y cuando me avise y me deja grabarla en video.

Anónimo dijo...

Vaya, sargento, se digna usted a volver. Pido perdón por no haber escrito Darth Vader, un lapsus lo tiene cualquiera. Desde luego vaya frikismo, por Dios...
Y otra cosa, ¿usted qué sabe si soy palotizadora o no si nunca me ha visto? ¿o acaso es usted un conocido mío que se escuda tras ese pseudónimo?

Sargento de instruccion Hartman dijo...

Srta Cojoiden, no la he visto en mi vida, no he tenido el placer de contarle los lunares ni ud a podido ver mis cicatrices.

En cuanto a lo de palotizadora... me lo dice mi sexto sentido, es como el de spiderman pero en versión cachonda.

Anónimo dijo...

sargento, yo creo que a veces ese sexto sentido le falla...

Sargento de instruccion Hartman dijo...

Srta Cojoiden debo indicarle que jamas mi sexto sentido me ha fallado... aunque si ud quiere me podria asegurar de que no he perdido ese sentido con una foto.

Anónimo dijo...

si quiere una foto mía, mande usted un poco de información sobre el hombre que se esconde detrás del sargento, mandemelo a mi mail, si quiere anonimato, le juro que respetaré el secreto de confesion