jueves, 7 de mayo de 2009

Follabilidad

Hace años estábamos un sábado comiendo en familia y mi madre, que por aquel entonces trabajaba en una oficina, comentaba que tenía una compañera, una tal África, que era la sex symbol de la empresa y que ella no entendía por qué, ya que, en su modesta opinión, no valía nada. Para reforzar sus argumentos nos describía pormenorizadamente a la susodicha. Mi padre escuchaba con expresión beatífica sin decir nada, hasta que se decidió a hablar. "Mira" dijo por fin dirigiéndose a mi madre "te lo voy a explicar bien clarito: cualquier mujer de cuarenta años, divorciada, que se llame África y que vaya con mechas rubias es follable".
Ese día descubrí (además del vocablo "follable" que integré a mi vocabulario inmediatamente) la verdad suprema del universo: lo importante es ser follable. El resto es secundario. Miles de voces tan indignadas como hipócritas se alzarán en mi contra, pero todo el mundo sabe que tengo más razón que un santo. Aunque joda.
Hay diversas razones que elevan los niveles de follabilidad de un individuo. La más obvia y básica es ser hermoso de faz y prieto de carnes, sin duda. Pero no la única. Los que han sido agraciados por la naturaleza lo tienen fácil para entregarse al jincamiento sin cortapisas. Los que no, deben desarrollar estrategias para conseguir tocar pelo, desde las más burdas y rápidas (como llevar a su víctima al coma etílico) hasta las más rebuscadas (como opositar a notarías). Porque no vaya nadie a dejarse engañar, todo en esta vida, TODO, se hace para elevar la propia follabilidad, desde cortarse el pelo hasta descubrir la vacuna de la malaria.
Tengo que aclarar, sin embargo, que no se debe confundir la follabilidad con el jincamiento en sí. Lo que la mayoría de la gente quiere no es simplemente copular (eso es relativamente fácil de conseguir), sino ser follable. Lo importante es saber que se lo quieren cepillar a uno, porque eso es lo que sube la autoestima. Y claro, a mayor follabilidad del que se nos quiere cepillar, mayor autoestima.
Amigos, habiendo llegado a este punto creo que el silogismo está claro: si a mayor follabilidad mayor autoestima, a menor follabilidad más resentimiento contra el mundo (ya sabemos que eso es lo que produce la falta de autoestima). Esa es la causa de que toda mi vida las mujeres menos follables que yo me hayan hecho la vida imposible. Y también es la causa de que cierto gilipollas con menos follabilidad que una boñiga de vaca lleve tocándome los huevos desde el 14 de febrero, fecha en la que intentó copular conmigo y se quedó con las ganas.
Pues sí querido, te quedaste con las ganas, puedes seguir haciendo lo que llevas haciendo tres meses: calumniarme, escribir mentiras sobre mí, dejarme anónimos insultándome... puedes tergiversar la historia todo lo que quieras pero tú sabes la verdad: TE DIJE QUE NO. Asúmelo ya, chavalito, y olvídate de que existo, porque mientras tú pierdes tu tiempo y tu energía en intentar hacerme daño, yo estoy súper feliz con un individuo cuyo nivel de follabilidad se sale de todos los percentiles.
Y el que quiera pensar que por escribir esto soy una chula, pues tiene razón. Soy una chula.
Porque puedo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Crack. Ahora me entero que sos mujer, y con follabilidad alta. Más crack todavía.