domingo, 16 de agosto de 2009

Ese momento



Que la vida es una puta mierda como un piano de cola lo sabemos todos desde bien tempranito (yo creo que más o menos desde ese día en que nos enteramos de lo de SSMM de Oriente) lo que pasa es que la mayor parte del tiempo se nos olvida. Si no, no podríamos vivir.
Cada uno se las apaña como puede para olvidar esta gran verdad: autoengaño, telenovelas, fútbol, sertralina, alcohol, tabaco y otras drogas... y, cómo no, el amor. La mayor falacia de todas.
Luego, en el momento menos pensado, la vida se nos muestra desnuda, en lo que es. Y nos llevamos el batacazo y recordamos, "Joder, que la vida era esto", y nos queremos morir.
Menos mal que estamos bien programados, para vivir a toda costa, y nuestro cerebro pronto vence las ganas de morirse con un nuevo autoengaño. Siempre es así. Siempre se vuelve uno a enamorar, eso dicen, eso he dicho yo siempre.
Lo que ahora me preocupa es si con esto del amor no pasará como con el cuento del pastor mentiroso y, a fuerza de decir que viene el lobo, llegue el momento en que ya no nos creamos nada más. Y que, por más que el cerebro lo intente, ya no pueda engañarnos. Si realmente existe ese momento, creo que el mío ya ha llegado.
Gracias a los que lo han hecho posible.
La última frase, lo digo por si hay tontos leyendo, iba con ironía.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni existe el amor ni sus altezas de oriente, eso está claro, pero ¡qué ilusión nos hace cuando nos creemos que existen!
A veces, sólo por eso, ya merece la pena creérselo y por eso cuando los niños empiezan a descubrir el pastel, no quieren saberlo y deciden seguir creyendo a pesar de que sus ojos y su cerebro les dicen otra cosa.
Lo mismo nos pasa a los adultos con el amor, querida Lorena.
Menos mal que de vez en cuando las personas podemos reinventarnos.
Un beso y una flor.
S.

Juan dijo...

Pues si que existe el amor. Los reyes magos no.
Eso sí, no es una construcción acabada que está en algún lugar esperándonos. Necesita de nuestra confianza, de nuestra creencia, de nuestra entrega. ¿Qué a veces se entrega donde no puede existir? Pues a entregarlo en otro sitio.
Y aunque sus formas más profundas también pueden representarse en el amor romántico, lo exceden por todos lados. Es una forma de interpretar el mundo y de sentir la relación con la alegría y el dolor de los demás. Los reyes magos no.

"¿Te molesta mi amor?
Mi amor de humanidad
y mi amor es un arte en su edad
¿Te molesta mi amor?
Mi amor de surtidor
y mi amor es un arte mayor...

Mi amor no es amor de uno solo
sino alma de todo
lo que urge sanar.

Mi amor, el más enamorado,
es del más olvidado
en su antiguo dolor,
mi amor abre pecho a la muerte
y despeña su suerte
por un tiempo mejor.
Mi amor, este amor aguerrido,
es un sol encendido
por quién merece amor..."