domingo, 11 de mayo de 2008

Entre cojón y cojón

Mi amigo del alma (al que llamaré Eufrasio por ocultar su verdadera identidad) es de natural soso, él mismo así lo cree. Por esa misma razón tiene tanta gracia, porque las suelta sin proponérselo, vamos, como diría un castizo "se le caen". Eufrasio es lo opuesto al típico sevillano, morenazo y tal, que es tan gracioso, tan rumboso, tan el alma de la fiesta que le pegarías dos hostias más a gusto que todo. Pero Eufrasio no es así, y es que Eufri, como su padre siempre lamenta, salió extrapirenaico en vez de un caballero español torero y olé. No se acaba de entender mi coleguilla con su augusto padre, se quieren, eso sí, pero no se acaban de entender. Fue precisamente hablando de él, de su padre, cuando acuñó sin proponérselo esta genial frase que hoy le usurpo para utilizar como título del post. No lo pensó, se le escapó sin más, en medio de su exaltación. Algo me contaba que su padre hizo porque... porque... (y el pobre no encontraba las palabras) porque se le metió entre cojón y cojón. Llegados a este punto, valga la paradoja, me descojoné. Y él también, porque nos dimos cuenta de que acababa de acuñar una expresión maravillosa.
Si algo se te mete entre ceja y ceja aún te lo pueden sacar, pero si se te mete entre cojón y cojón... eso ya no lo extirpa nadie!
Eso debió de ser lo que le pasó a Pp Mari con lo de la guerra de Irak, al pobre se le metió allí y, por más que le intentaron hacer razonar no hubo manera.
Yo soy mucho de que se me metan las cosas entre cojón y cojón, y así me luce el pelo, pero qué le vamos a hacer, soy hija de mi madre, que hace los puzzles metiendo las piezas a presión al grito de "tié que ser".
Cuando las cosas se meten entre cojón y cojón ya no hay remedio, ya estás perdido, porque, aun sabiendo que estás cometiendo un craso error, sigues adelante hasta las últimas consecuencias y es que los cojones son así. Y si no se lo creen prueben a decirle a alguien ¿A que no hay cojones a...?


Pd: Especialmente dedicado al Sargento de Instrucción Hartman, para que luego diga.



9 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy muy disgustado con usted, cojoiden. En estas fechas en las que los derechos a la intimidad, el honor y todo eso, están claramente amenazados por los desmanes y ambiciones de los juntaletras desarrapados, me sorprende que usted haga uso de ese tipo de prácticas...

Usar una foto mía pare este post, sin mi autorización previa, le costará caro. Tendrá noticias de mi abogado y de mi urologo.

cojoiden dijo...

prognato no se ponga usted así, encima de que recorto la foto para que no salga su cara...

Sargento de instruccion Hartman dijo...

Srta. Cojoiden no se como tomarme esta dedicatoria.... es algo que me ha tocado la patata, me he emocionado muchisimo no me lo esperaba.... has emocionado a este viejo marine.

Bajo mi apariencia dura, firme y priápica late un corazón atormentado, en busca de cariño y mimos.... y si entre cariños y mimos se puede mojar el churro mejor que mejor.

Suyo en corazón, alma, medallas y gónadas... el Sargento de instrucción Hartman

cojoiden dijo...

eso se lo dirá usted a todas...

Sargento de instruccion Hartman dijo...

Srta Cojoiden no se me encele, en el fondo soy un soldadito al que le dan un poco de cariño y hace el gatito de angora.... eso si, un gato de angora muy macho.

cojoiden dijo...

es que yo soy dura de pelar sargento, no se va a encontrar en su vida una señora como yo, se lo garantizo. Adorarme tiene que ser su religión, como dice la canción, si no, no hay tu tía...

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

¡Musha grasia, mi arma!

Eufrasio.

(¿por qué habrá eliminado mi comentario anterior?)

Rosalía dijo...

Así nos pasa, que luego dicen que no tenemos tacto...