Podría escribir de tantas cosas... pero no escribo.
Podría escribir de lo bien que olías la otra noche, de la trama de espionaje del PP, de que hoy me han dicho que soy una frívola, de que no la aguanto más, de tus ojos cada mañana cuando no me miran como yo quisiera, de Kirkegaard, de lo mal que me siento por esta rutina, de las cosas que me gustaría cambiar.
Podría escribir de algo gracioso, de algo profundo, de algo ofensivo, de algo rotundo, de lugares comunes, de pajas mentales, de lo que todos escriben, de lo que nadie se atreve a escribir, de lo que siento por ti.
Podría escribir de sexo, de muerte, de figuras literarias, de cine, de gastronomía, de la cría en pisifactoría del camarón.
Podría escribir una novela, un cuento corto, tres sonetos, cinco posts, diez cartas y una canción.
Podría escribir en ruso, en italiano, en inglés, en español.
Podría escribir de este nudo en el estómago que tengo desde que sé que me lees aunque no me comentes, y de que saberlo me da y me quita la inspiración.
Podría escribir de noche, de día, despierta, dormida....
Pero no escribo.
8 comentarios:
felicidades por el blog, muy interesante.
eres mi anónimo preferido o un anónimo más?
hombre yo sería más explícito (no tanto ni en el sentido que te gustaría que fuera otro que yo me se) en mis alabanzas al blog.....
aunque probablemente no te referías a mí como anónimo favorito, je,je
ay pulgui mío, tú no eres anónimo, aunque sí eres preferido (claro que de distinto modo a como prefiero al otro)
y sí, tienes razón, podría ser un pelín más explícito, la lisonja es la lisonja
Hay días en los que las palabras salen de tí y otros días en los que no. Cuando ellas mismas (o nuestro cerebro) deciden que es que no, ya puedes intentarlo o quererlo con todas tus fuerzas, que va a ser que no.
Sin embargo, llegarán otros días en los que va a ser que SI.
Paciencia...
S.
Hay un anónimo afortunado que es preferido por sobre los demás. La fortuna nos toca pocas veces, amaga con rozarnos y se desvía para señalar a otro, y mientras vuelve a aparecer nos construimos esperanzas, cambiamos de horizontes, nos movemos, pedimos disculpas en vez de solicitar permisos, nos equivocamos a veces, y a veces acertamos, nos responden a alguna pregunta, sonreimos sin que nos sonrian, y por allá lejos vuelve a aparecer algo parecido a la fortuna. Pero me temo que ya ha elegido. Y otra vez no soy yo.
el otro anónimo sé quién es, por eso sé que me gusta, tú no te das a conocer, sin saber quién eres no puedo saber si me gustas o no...
de todas formas yo tampoco tengo muy buena fortuna si te sirve de consuelo, mi anónimo favorito (que en realidad no es anónimo) no me quiere
No te conozco, no me conoces, pero yo tengo una ligera ventaja. No sé si eres alta o baja, o gorda o delgada, o rubia o la mujer barbuda....solo sé lo que tus palabras me dicen: sensible, ácida, dura, frágil, contundente y directa, a veces protegiendo un tembloroso corazón y a veces saliendo desbocada de la cueva sin mirar el precipicio.
Me gusta esa imagen que me he formado y sí, aunque no estoy muy agusto diciéndolo, si que me consuela algo que no tengas muy buena fortuna, pero solo en el caso de tu anónimo preferido, pero también decirte que me gustan los finales felices aunque duren poco y no sea yo el protagonista.
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