domingo, 28 de septiembre de 2008

Game Over

Si he tenido un vicio en mi vida, aparte de colgarme de tipos absurdos, son los vídeo juegos. Tan viciosa soy que ni siquiera puedo llevar juegos en el móvil porque, y esto es verídico y hay testigos, he llegado a irme al baño de un garito y ponerme a jugar. Claro que lo hice en parte para librarme de la insoportable brasa de un baboso, pero eso no es excusa.
No me disgustan las consolas y, de hecho, uno de mis sueños es probar la Wii, pero lo que de verdad me chana y hace que me ponga hasta nerviosa son las máquinas de bar de toda la vida. Con las horas que yo he echado jugando al Tetrix y al Street Fighter otros han opositado a notarías, no digo más...
No hace mucho, con veintimuchos añazos y sin una pizca de vergüenza, me metí en unos recreativos para revivir mis años mozos. Tremenda decepción me llevé para el cuerpo, obviamente, porque mis amados juegos ya no existían, y los que había ya no me molaban... He intentado reencontrarme con ellos en las web nostálgicas, pero ya nada es lo mismo. Es como cuando uno ve la foto del que creía que era su amor platónico en la infancia y descubre que en realidad no era ese, sino su hermano... Yo creo que en realidad el fallo está en que yo ya no tengo 16 años, ni me estoy saltando la clase de matemáticas, ni existen las monedas de cinco duros (pero las de verdad, no la mariconada esa con agujero que sacaron después).
La dinámica era sencilla, echabas la moneda y tenías tres partidas. Cuando la cagabas te salía el famoso "Game Over, Press Start to Continue" y tenías otra oportunidad. A la primera no le dabas mucha importancia, confiado en que te quedaban dos. Volvías a perder y otra vez, entonces ya estabas jugando la tercera y última partida y ahí si te ponías nervioso porque sabías que cuando te mataran ya no saldría el press start... no, entonces salía el temido "Game Over, Insert Coin" y los que éramos pobres no solíamos tener otra coin...
Ya sabemos que la vida imita a la ficción, por eso en la vida también hay gameovers de los dos tipos, a veces las cosas se arreglan presionando start, otras hay que usar una nueva moneda.
Yo ahora estoy en un gameover de los de Insert Coin, pero no me importa porque tengo el bolsillo lleno de monedas.
Además, para homenajear a mi amado Paul (Newman, quién si no), voy a plagiarle la última frase de "El color del dinero", cuando el tío parece que está acabado y de repente se pone la corbata, pilla el taco y dice "os vais a enterar de lo que vale un peine " (no dice esto exactamente, claro, pero la esencia es esa) y entonces le preguntan por qué y él, dando la primera tacada dice todo chulo (ese es mi Paul): "Porque he vuelto"

12 comentarios:

Anónimo dijo...

nena, ya sabes que una de tus moneditas siempre me la puedes echar a mí...

Anónimo dijo...

ya lo sé bollicao, ya lo sé

Anónimo dijo...

me tiene usted loco cojoiden, es la hembra perfecta en todos los sentidos...

Anónimo dijo...

ay, pero dé la cara don anónimo, a ver si podemos llegar a un acuerdo...

Daniel Hermosel Murcia dijo...

Estoy deacuerdocon el anónimo ¡Una chica a la que le gusten los videojuegos! ¡Que entienda que "un momentín que ya llego a salvarlo" puede ser una horita, o dos..! ¡Me la pido! jejeje

Anónimo dijo...

si es que yo tengo un cerebro muy masculino, Daniel, si yo le contara....

Anónimo dijo...

La última vez que yo jugué a los videojuegos, cuando iba por la primera vida, se fueron las luces del antro y me quedé allí, a oscuras. Cuando ya estaba en la calle y la luz volvió, ya no me interesaba seguir con la partida, o empezar una nueva, que la mía había desaparecido. Ahora tengo en la mano una moneda de 5 duros de las más chulas, las del mundial del 82 y la voy a echar en una máquina que creo que puede estar muy, muy bien.

Anónimo dijo...

hija de la lunaaaa, y que máquina es esa? la conozco yo?

Anónimo dijo...

Que sí, mamá, que ahora voy...

Anónimo dijo...

mi menda, pl, algo me dice que su mamá es también mi mamá, por cierto, que sí mamaaaá, que ahora voy, en cuanto me pase esta pantalla

Anónimo dijo...

La anécdota de la vez que te fuiste al baño de un bar a jugar con el móvil me ha parecido enriquecedora y comprensible a la par que reveladora. Reveladora porque, en mi humilde opinión, no te pega nada.

(Suspiro). Es una pena que un servidor pusiera tierra de por medio demasiado pronto y tú llegaras un pelín tarde.

Kind regards

Anónimo dijo...

Mr. Badnews, estoy experimentando un orgasmo múltiple de ver que al fin se ha dignado usted a comentarme...
Hay tantas cosas que aún ignora de mí... pero no se preocupe, tiene usted toda la vida para descubrirlas, y sin gorda de por medio.