martes, 31 de marzo de 2009

Artistas

Creo que el término artista se ha desvirtuado mucho en nuestros tiempos. Artista, hasta dónde yo entiendo, deriva de arte, y con el arte debería estar relacionado. Lo que hoy en día se entiende como artista yo lo denominaría con otras palabras (fatuo, pintamonas, cantamañanas, soberbio insoportable u ombliguista compulsivo, por poner algunos ejemplos).
¿Qué tiene que ver el arte con una señora (de alguna forma la tenemos que llamar) que vive para ponerse bótox, operarse las tetas y pasear modelazo por la alfombra roja? Eso no es arte. El arte siempre ha sido loco, bohemio, marginal.
Cuando pienso en arte veo a Bécquer muriéndose de hambre, sífilis y amor en una habitación mugrienta, no a un cachas de gimnasio ídolo de impúberes. Lo siento.
En la vida cotidiana también encontramos artistas a diario, pero no todos los saben apreciar.
Artista es quien siempre tiene una sonrisa, un chiste, quien no acepta mirar las cosas de un modo convencional. El artista trabaja, vive, coge el metro, paga la hipoteca y hace la compra en el Mercadona, como todo hijo de vecino, pero todo lo hace de un modo diferente. Pocas veces vemos al artista quejarse, tener mala cara, dramatizar, hablar mal de nadie... El artista se pone a tu lado y tu humor mejora instantáneamente. Hace de cualquier gesto cotidiano algo excepcional.
Por poco tiempo que pase a nuestro lado nos deja una huella imborrable, y cuando no está todo se emborrona con un velo de triste mediocridad.
Ahora, mientras escribo esto pienso en los artistas que hay en mi vida y me siento reconfortada. Puede que no cambien mi vida, pero la hacen infinitamente más agradable. La persona que me hace reír hasta llorar en la hora de la comida, quien me escribe esos correos tan bonitos, los labios que me sonríen en el autobús por las mañanas.... son detalles que parecen insignificantes, no se repara en ellos, pero al final del día te hacen sentir que el mundo no es tan desagradable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes un Blog muy profundo....

Violeta dijo...

No sé si el arte tiene que ser por narices algo alocado y marginal, como dices. Lo único que sé es que los artistas de verdad brillan como diamantes, en bruto o pulidos,y esta es su marca diferencial frente al resto de mortales en los tiempos que corren, donde hasta el más gilipollas se siente tocado por una mano invisible y electora. Su brillo puede ser a veces reconfortante o jodernos de veras (porque somos humanos y también existe la envidia), pero al final el arte, al igual que la verdad, siempre prevalece por encima de todo (o al menos sí para los afortunados que sabemos apreciarlo) y si debajo de una capa de esmalte barato hay porquería, esta termina saliendo, igual que reluce finalmente el verdadero arte, emergiendo de entre las capas de mierda que otros le echan encima.