lunes, 7 de septiembre de 2009

Cojones



Recientemente me han dicho algo que se me había olvidado. Y me lo ha dicho la última persona que hubiera imaginado, por eso sé que es verdad.
Hoy me han dicho que tengo un par de cojones y que la verdad, tarde o temprano, siempre sale a relucir. Es verdad, siempre lo ha sido, pero yo lo había olvidado.
Claro que tengo un par de cojones, son congénitos. Tengo los cojones de mi abuela materna y sus hermanas y tengo los cojones de mi abuela paterna y su hija. Y tengo los cojones de mi madre, que tiene más cojones que todas las demás juntas.
Casi se me olvida. Casi me lo hacen olvidar los últimos acontecimientos de mi vida.
Los cojones grandes, igual que los escrúpulos, son una carga muy pesada. No hacen la vida más fácil, sino todo lo contrario.
Muchas veces he intentado ponerme un suspensorio, atarme los cojones, intentar encogérmelos. Pero no hay nada que hacer. Los cojones se desbordan, rebosan, no se pueden controlar.
Llevaré mis cojones con resignación, ya que me han tocado en la lotería genética con ellos tendré que cargar.
Además, la verdad siempre sale a relucir tarde o temprano. Y la verdad es la verdad, aunque ya no quede nadie para verla... qué cojones.


11 comentarios:

Melamachaka dijo...

¡Miss Cojones!

Dejándome de cojudeces,
yo he sentido el peso de sus gónadas cojoidíneas y puedo afirmar que no todo el mundo, salvo los de operaciones especiales, está preparado para armamento de tal calibre.

Eso sí, a veces se encasquilla y pasa de modo cojonudo a modo coñazo. Le recomiendo lubricar su arma según la norma de calidad "doscojones".

Es un placer comunicarme en binario con usted querida Cojo.

cojoiden dijo...

pero tú quién eres? me tienes intrigada, pasas del amor al odio y pareces conocerme.
Seas quien seas parece que ahora estás en la fase de quererme, esperemos que dure

Melamachaka dijo...

Nunca ha cambiado la fase sino el modo.

Pero, ¿qué haríamos sin esos cambios?. No habría novelas, ni guiones, ni blogs...

Creo que si fueras como deseo me aburrirías Cojo mía.

cojoiden dijo...

me huele usted a sargento o a ángel, si es que no son la misma cosa

Anónimo dijo...

eres maravillosa, quién puede no quererte?

cojoiden dijo...

anónimo... te hago una lista?

Juan dijo...

Hay que ver el ligoteo que provocan algunas entradas!!!!!. Cualquiera diría que iba de cojones gordos.
Yo también quería haberme apuntado al furioso club romántico, pero sobre todo la imagen del suspensorio me deserotizó un montón.:P
Estoy seguro de que la Aído estaría de acuerdo conmigo si sostengo que a lo de verdadero interés y estímulo deberíamos decirle "coñazo". Lo de "cojonudo" es un resabio de acuartelados sexualmente conflictuados con tremendas necesidades de reafirmación.:P

verdequetequieroverde dijo...

no puedo decir que esos cojones me disgusten, pero a veces son excesivos. Te prefiero cuando duermes, aunque tengas pesadillas y ardas.
Eres tan dulce en esos momentos...

cojoiden dijo...

juan, el lenguaje es como es, no hay que ser más papista que el papa...
verdequetequieroverde... te obviaré, que se me ha acabado la biodramina y no me apetece que me mareen

Juan dijo...

¿El lenguaje? ¿Y a mí qué?. Si no hay más remedio que tomarlo pervertido, prefiero pervertirlo a mi manera.
Insisto en que mi opción es mucho más divertida.
Y el papa no guía mi opinón en estas cosas, él dice que cojonudo y coñazo son igual de aburridos. Salvo que sea en sitios escondidos y mediando algún impune abuso.

Violeta dijo...

La verdad es que tienes unos cojones que son un encanto.