sábado, 19 de abril de 2008

Coprofagias varias

Iba a añadir una foto, como es mi costumbre, a esta entrada. Pero añadir una foto que casase con el título... Ya me entenderán, quiero que éste sea un blog con cierto buen gusto.
Pero sí me va a permitir hablarles de Verónica Moser. Quien la conozca ya sabrá a lo que se dedica, y quien no que mire el vínculo, que para eso está.
Yo no voy criticar a esta chica, en absoluto, muy al contrario. Ella es una persona honesta que además ha conseguido el difícil objetivo de vivir de lo que le gusta. Porque a ella le gusta lo que hace. Y no se crean, no es la única que se gana la vida comiendo mierda. La lista de comemierdas es extensa y por sus obras los conoceréis. Los comemierdas triunfan en la vida, consiguen cosas y se sienten superiores a los demás.
Una especie muy común es el comemierda laboral, algo que todos somos alguna vez en mayor o menor medida porque somos pobres y a la fuerza ahorcan, pero lo de este tío es un modus vivendi. El comemierda laboral es el culpable de que el trabajador tenga tan pocos derechos. Te calentará los cascos contra el jefe hasta que decidas liderar una pequeña revolución y te plantes en el despacho del capataz a cantarle las cuarenta, entonces el comemierda le dirá al jefe que él no tiene ningún problema y que es muy feliz en la empresa. A ti te da tanta rabia que te calientas aún más. Resultado: tú en la puta calle y el comemierda ascendido y de buen rollo con el jefe.
El comemierda emocional (no son categorías excluyentes) sí que mola. Ése es el que sólo te llama para quedar cuando su manipulador (pareja) le deja plantado. Eso sí, cuando su amo-r le dice "ven" lo deja todo. Y tú, obviamente, estás incluido en todo. Es más, después del polvo reconciliatorio le contará a su media naranja todo lo malo que tú has dicho sobre él (lo que tú hiciste fue limitarte a escuchar y asentir), decidirá que tú eres el culpable de su pequeña crisis y te dejará de hablar... hasta que su querid@ le vuelva a hacer la anchoa.
Hay algunos clásicos entre los comemierda que encontrarás con frecuencia, más vale que aprendas a identificarlos:
  1. El cornudo consentido que se ríe de los que no tienen novia.
  2. El que te dice "¿por esa mierda de sueldo vas a trabajar?", y luego va a ofrecerse por menos.
  3. La señora (no dejarse engañar por la palabra "señora", que puede tener cualquier edad) que piensa que todas las mujeres son unas putas potenciales que van detrás de su marido y que, si él se las tira, es porque así son los hombres. Esta víbora, además, se caracteriza por despreciar a las solteras y divorciadas, creyendo además que el único objetivo de la mujer es tener una polla a su lado y que la que está sin pareja es una amargada envidiosa.
  4. El que cuando sus compañeros hacen huelga va a trabajar alegando que "a mí quien me paga es la empresa".
  5. El que aguanta toda la noche los desplantes de una arpía borracha con tal de poder decir al día siguiente en la oficina que "ha triunfado".
  6. El político que cuando le hace falta habla catalán en la intimidad o tiene conversaciones con el grupo de liberación vasco, o habla tejano, o se hace la foto en las azores.... ay, éste me suena, ¿no?
Una característica común de esta gentuza es su inconmensurable soberbia. Y es que lo más gracioso del comemierda es que, lejos de vomitar ante lo que ve en el espejo, comete la desfachatez de creerse superior a los demás y siempre, SIEMPRE, te mirará por encima del hombro. Yo sugiero lo siguiente, llevarle de la manita hasta un retrete y decirle sonriente: "Bon apetite!"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y tú como conoces a Veronika Moser, eh?

cojoiden dijo...

de mis años de pornostar, por supuesto, ¿de qué si no?