viernes, 11 de abril de 2008

Tipos de listos


La inteligencia debe ser de las pocas cosas que se han repartido bien en el mundo, porque todavía no he oído a nadie quejarse de que le haya tocado poca.

Por lo que veo, el personal anda bastante descontento de otra serie de cosas: el dinero, la memoria, la maldad... Pero no he visto a nadie que diga de sí mismo que es tonto, excepto cuando se usa la palabra tonto como sinónimo de bueno y bien intencionado.

Vamos a ser serios. La mayoría de la gente está en la normalidad (por eso la normalidad es la normalidad), o sea, entienden lo del binomio de Newton a la segunda vez que se lo explican y saben que Francia está en París (¿o era al revés? No sé, yo con estas cosas siempre me lío). Tampoco son tantos los imbéciles, aunque he de reconocer que van aumentando en número e importancia. Pero lo que hoy me interesa y de lo que me voy a ocupar son los listos. Para ser más exactos los 10 tipos de listos que me he ido encontrado en mi largo caminar. Vamos allá:

  1. El más listo del barrio. Hizo hasta C.O.U. Todos sus colegas curran de reponedores, pero él ha conseguido llegar a comercial de tecnocasa. Lleva trajes negros comprados en Zara que se empeña en combinar con marrones zapatos puntiagudos, el pelo de punta y con mechas y un sello de oro. Es bastante espabiladillo y vende bien. Se llama Jóse, incluso aunque se llame de otra forma. Ya ha dado la entrada del piso con su novia. Siente absoluta conmiseración por su vecino, que ha estudiado una cosa que no sirve para nada y siempre está de viaje por algún país extraño, y cuando lo ve pasar sacude la cabeza y piensa “este chico, qué forma de perder el tiempo” y luego se va a hacer su jornadita de 14 horas.
  2. La precoz. Ésta, como su nombre indica, es joven. Pero ya está de vuelta de todo. Cualquier cosa de la que se hable ella la ha hecho antes y más veces, es más, ya se ha aburrido de hacerla. Suele ser hija única o la hermana menor. No es guapa, pero tampoco fea. Tiene un odio mortal por las que están verdaderamente buenas y se consuela pensando que son todas idiotas y faltas de interés. Se tira a todo bicho viviente y se siente una mujer de mundo. Va de devora hombres y de feminista radical, lo que la convierte en la víctima perfecta de cualquier cantamañanas que le cuela una detrás de otra haciéndola creer que es ella la que controla la situación. Cuando crece y ya no tiene edad para ser la precoz (momento que ella intenta posponer el máximo posible) se ennovia con un buen chico y acaba currando en una oficina, viviendo con su novio en un piso de protección oficial y convertida en el tipo de madre plasta que siempre criticó.
  3. El intelectual. No se sabe muy bien a qué se dedica, pero el tío va viviendo. Está escribiendo una novela o rodando un corto, dependiendo de si ha hecho Periodismo o Comunicación audiovisual, o puede que las dos cosas. Va con regularidad a la filmoteca, y lee a Proust mientras espera antes de entrar (luego se duerme cuando apagan las luces y nadie le ve). No tiene tele en casa y dice que no sabe quién es Belén Esteban. En realidad este chico vive una gran tragedia: no liga ni pagando. Las tías le dicen que es interesante y luego se tiran a su amigo el guapo. Si por fin consigue pillar se pone tan nervioso que no se le levanta.
  4. La enterá. Es la novia de un gran amigo tuyo, que es un tío de puta madre, y por eso no le das las dos hostias que te pide el cuerpo. Muy frecuentemente la enterá fue precoz cuando tenía edad para ello. Hay varias frases recurrentes en sus labios: “Te han engañado”, ¿Y por esto has pagado dinero?”, Esa tía está anoréxica (por Giselle Bundschen)”, “Hazme caso a mí que sé de lo que hablo”. Atribuye la circunstancia de que nadie la soporte a que la gente le tiene mucha envidia.
  5. El que da asco. Este tío, o tía, está increíblemente bueno, come de todo y no engorda, tiene un careto que tira de espaldas y además es simpático. Cuando hablas cinco minutos con él /ella, te enteras de que es ingeniero termonuclear, juez o catedrático de filosofía. La frase que más escuchan sus lindas orejitas es “Nunca hubiera pensado que fueras así” (traducción: “estando tan bueno te había supuesto tonto del culo”). Y como encima es un tío de puta madre ni siquiera le puedes odiar. Menos mal que es un rara avis y te lo encuentras con muy poca frecuencia.
  6. El que parece tonto. Todos los que se creen listos lo toman por tonto, cosa que él no se molesta en desmentir, porque al final siempre se sale con la suya. Véase José Luis Rodríguez Zapatero.
  7. El listo para estudiar. Es el tipíco niño perfecto que jamás da un problema a sus padres y al que ponen de ejemplo ante los demás porque saca unas notas brillantes y no hace nada malo. Sin embargo es un auténtico paria social. Se enamora siempre de la más guapa de la clase y sufre viendo cómo se va con el malote. Al llegar a los 25 suele convertirse en el intelectual en un desesperado intento por gustar a las tías.
  8. El "listo". Este especimen hace lo que se le había ocurrido a todo el mundo pero que nadie ha hecho porque es algo completamente amoral, encima se vanagloria de ello. Todo el mundo le define con la siguiente frase: "éste es un listo". Entiendase aquí por listo aprovechado, sinvergüenza y gorrón.
  9. El verdaderamente inteligente. Ocupa el peldaño más alto en la escala evolutiva y ojála todos los seres humanos fueran como él = Eduardo Punset.
Seguramente al lector se le ocurran muchos más, se agradecerá si alguien aporta un dato (y aquí tenemos al listo número 10: el que aporta un dato en las tertulias)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

11. La lista que hace listas para que no la metan en ellas.

fdo: el listo número 12.

cojoiden dijo...

y quién te ha dicho que no estoy en la lista? Soy la número 5, por supuesto.
Y quién es el listo número 12? ¿El que no tiene cojones para firmar con su nombre cuando toca los idem?

Anónimo dijo...

jajaja.
el listo número 12 es el que usa frases circulares para crear un efecto pseudointelectual, tipo: 'eso no es la verdad del asunto, sino el asunto de la verdad' y así.
sí firmé:
fdo: el listo número 12.

Anónimo dijo...

Tipos de basura: sólo existe una, al menos en este ámbito que nos relaciona a usted -anónimo- y a mí. Y ese único tipo de basura que intenta ser ocurrente es usted.
PD: Si tiene bemoles me invitará a un café para que le vuelva a contar esto despacito.

Anónimo dijo...

qué amenazante, quizás para ganar méritos ante la señora gestora del blog?

no soy anónimo! soy el listo número 12! me reía de mí mismo, pero usted, prognato, parece que no lo entendió...

por cierto, quizás ese tono de matón debería usarlo con el anónimo (otro anónimo, no yo!) del post 'definiciones o meditaciones', que ha insultado gratuita e injustamente, y no conmigo..

yo aparezco como anónimo porque no tengo blogger, pero me identifico:
soy el listo número 12! se lo repito?

y me tomaría un café con usted, aclarando que sería para derramarlo, sin querer, sobre su cráneo privilegiado.

Un saludo de 'El listo número 12'

cojoiden dijo...

por favor señor anónimo, no se exalte, creo que no ha entendido usted el estilo de prognato...
el de definiciones o meditaciones (aceptando que no sea usted) pretende ser anónimo pero yo sé muy bien quién es, por lo tanto sus rebuznos no me preocupan.
ya veo que lee usted mi blog, y se lo agradezco, pero por favor le pido que se identifique o que se abstenga de dejar comentarios.
gracias

Lis-Lis dijo...

Yo conozco al listillo de instituto o universidad que crees (y es verdad) que es un jilipollas y que por casualidades de la vida se enamora de una tia que es mucho mas "listilla" que él, le hace sufrir. ¡BIEN! su merecido pero ocurren dos cosas:
1º el se vuelve mucho más jilipollas si cabe
2º recapacita parece ser un tio que merezca la pena...(en raros casos)
Un saludo, e intenta evitar a los listillos o listillas.
Aunque todos alguna vez somos uno de esos desgraciadamente.

protenor dijo...

Una de las entradas que más gracia me hacen, porque contiene muchas interesantes observaciones; a mí me veo más parecido al tipo del intelectual pero con diferentes mecanismos de tratar con lo que tú llamas "la tragedia". La cual en el fondo no tiene nada de tragedia...